Los empleados municipales recibirán ayuda para la compra de bicis. Invertirán $ 100 millones para hacer 100 km de ciclovías. El objetivo: que el 5% de la gente deje el auto

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires quiere aliviar el tránsito y que en lugar de autos haya más ciclistas. Esperan que la cifra suba a 300.000, el equivalente al 5% de las 6 millones de personas que circulan a diario por la Capital. Para lograrlo, empezarán con los 120 mil empleados empleados municipales a quienes el Banco Ciudad proyecta otorgar préstamos para la compra de bicicletas. Ofrecerán una tasa subsidiada para la compra de bicis de $ 300, $ 500, $ 1.000 y hasta $ 1.500. La iniciativa podría ser imitada por empresas multinacionales.

De hecho, el subsecretario de Transporte y Tránsito, Guillermo Dietrich, conversa con directivos de compañías que tienen sede en las calles Bouchard, Azopardo, Figueroa Alcorta y Libertador, que es por donde pasa la ciclovía, para que incentiven el uso de la bicicleta entre sus empleados.

Apuntan a que la empresa tenga un lugar donde la gente pueda estacionar sus bicicletas y un vestuario para que, en caso de ser necesario, puedan cambiarse y ducharse. Enmarcado con este plan, el paso siguiente será enseñarle a los hijos del personal a andar en bicicleta.
El objetivo, con estas medidas, es fomentar la Responsabilidad Social Empresaria, a partir de cuidar la ecología de la ciudad, impactar en la salud de los empleados y en el mejoramiento del tránsito porteño.

En efecto, muchas multinacionales se pelean por encabezar el ranking de las mejores empresas para trabajar que anualmente realiza la revista APERTURA, con la meta de atraer a los mejores talentos del mercado y esto serviría de aliciente.

Además, la propia Policía Metropolitana circulará en bicicleta por las ciclovías para controlar el orden. Y hasta existe un plan para enseñar a los chicos a andar en bicicleta en las plazas, de modo de ir creando las condiciones necesarias para fomentar este deporte.

De acuerdo a una encuesta, el 51% de los porteños usaría la bicicleta si hubiese una red segura por donde circular, ya que hoy lo ven como un medio de transporte inseguro. Aparte, los ciclistas piden que haya una red integrada de ciclovías, un lugar donde poder estacionarlas y donde poder alquilarlas, que será el próximo objetivo.

“De hecho, el fin del Plan de Movilidad Sustentable es la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos a través de la humanización del espacio público. Para su implementación, tomamos las mejores experiencias a nivel mundial, como Amsterdam, Nueva York, Copenhague y Bogotá”, explicó Daniel Chain, ministro de Desarrollo Urbano.

Desde luego, se trata de un cambio cultural, que llevará sus tiempos, ya que actualmente son sólo entre 30.000 y 80.000 los ciclistas porteños.
Para lograrlo, el gobierno invertirá $ 100 millones para hacer 100 kilómetros de ciclovías este año. A fin de este mes, según lo anunciado, se inaugurarán los primeros 25 kilómetros, de La Boca hasta Plaza Italia.

El subsecretario de Transporte, en dos ruedas

Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte y Tránsito de la Ciudad de Buenos Aires, llega todos los días a su despacho, en Carlos Pellegrini al 200, arriba de una bicicleta blanca, con una mochila en su espalda, el casco reglamentario y una cinta fluorescente verde sobre su pantalón, a la altura del tobillo derecho, para no enredarse con la cadena de la bici.

“Hace unos días días debía ir desde mi casa, en Recoleta, hasta un acto frente al zoológico, con Mauricio Macri y Horario Rodríguez Larreta. Como se me hizo tarde, agarré mi bicicleta y me puse a pedalear a toda velocidad. Gracias a eso, pude llegar a tiempo, aunque después me demoré secándome la transpiración. Por eso, en la mochila siempre llevo una toallita, un desodorante y otra camisa para cambiarme”, enfatizó el “ciclista” ante El Cronista.

El funcionario fue ganando adeptos que lo acompañan en sus bicicleteadas, como su asesor de prensa, Gustavo Gómez Repetto. Cada vez que tienen que ir a un canal de televisión para una entrevista, se suben a sus respectivas bicis y pedalean por la Ciudad. La ventaja que tiene el rodado de Dietrich es que es plegable que puede llevar a su oficina. Es más, cada vez que va a Bolívar 1 sube hasta el despacho de Macri con su bicicleta a cuestas. “En hora pico, tardo la mitad que si fuera en auto. De paso, al circular por las ciclovías, puedo observar in situ cómo se mueve el ciclista”, remarcó Dietrich, quien participó de un Iron Man en Brasil en el 2005: Hizo 180 kilómetros de ciclismo, 3,8 kilómetros de natación y 42 kilómetros corriendo en 12 horas y media.

Ver: El Cronista