La idea es armar una red desde el sur hasta Plaza Italia y los bosques de Palermo más dos ejes que lleguen hasta Constitución y Once. Irán por calles sin colectivos y con carriles separados físicamente.

Por: Pablo Novillo
Clarín: 14/9/09

En tiempos en que el tránsito y el transporte son claramente uno de los principales problemas de Buenos Aires, el Gobierno porteño está llevando adelante una política que busca convertir en una de las soluciones. Para fin de año, la Ciudad tendrá 25 kilómetros de ciclovías, y a fin del año que viene serán 100 km.

Ya hay tramos construidos en la avenida Sarmiento, en Palermo; en las calles Irala y Olavarría de La Boca: y en Herrera y Hornos, las calles que corren paralelas a la autopista 9 de Julio Sur, entre el Riachuelo y Constitución. Además, hay un tramo en obra en Rincón entre San Juan y Garay.

La idea es armar una red desde el sur hasta Plaza Italia y los bosques de Palermo, con otros dos ejes que lleguen hasta Constitución y Once. En total, para fin de año habría 25 km.

No es la primera vez que en la Ciudad se apuesta por las vías preferenciales para ciclistas. Pero hasta ahora los resultados fueron malos. De hecho, las actuales bicisendas no son respetadas por los autos, y casi nadie las usa. Por eso, en el Gobierno porteño dicen que ahora el esquema tendrá dos diferencias. Uno, formar una red que comunicará puntos importantes de la Ciudad. Entre otras cosas, porque afirman que más del 60% de los viajes que se hacen en Buenos Aires son de menos de 5 km, una distancia que perfectamente se puede cubrir en bicicleta.

El otro punto es que, a diferencia de las bicisendas, las ciclovías estarán separadas físicamente del resto de la calle. Se ocupará un carril de 2,5 a 3 metros de ancho, y se lo separará con un cordón de cemento, más distintas señalizaciones y parantes de plástico, como los que se usan por ejemplo en el contracarril de la avenida Pueyrredón. Dentro del carril habrá dos manos de circulación para las bicicletas.

Además, en la Ciudad afirman que elegirán en lo posible calles secundarias, no avenidas, y por las que no circulen colectivos. De hecho, no descartan cambiar los recorridos de algunas líneas.

La construcción  de las ciclovías se completará con arreglos de veredas y de la iluminación pública de esas calles, con una inversión de $ 75 millones para los 100 km.

¿Por qué las bicisendas? Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete porteño, explicó que «las bicicletas combinan la agilidad en el tránsito con el cuidado del medio ambiente». Además, ya hay antecedentes a nivel mundial que prueban que las redes de vías para bicicletas son un éxito: «En Bogotá ya hay 340 kilómetros construidos, y más de 350.000 personas se movilizan en bicicleta a diario. El 40% de la población de Amsterdam también viaja en bici, lo mismo que el 40% de la población de toda Dinamarca. Además, es una forma de humanizar el espacio público», afirmó Guillermo Dietrich, subsecretario de Tránsito y Transporte.

Claro que el gran desafío será la cuestión cultural. Primero, que la gente se acostumbre a usar las bicis como medio de transporte y no como elemento recreativo o deportivo. En segundo lugar, que los automovilistas respeten las ciclovías: no en vano los ciclistas son de los que más accidentes sufren, pero también cometen muchas infracciones (ver Las leyes…).

La construcción de las ciclovías podría facilitar la puesta en marcha de otro de los proyectos importantes del transporte: el bicing, o sistema de alquiler de bicicletas. Se trata de una ley sancionada por la Legislatura porteña el año pasado, que, como ya sucede en muchas ciudades, apunta a crear un servicio de alquiler de bicis. Así, por ejemplo, uno podría alquilar una en Constitución, pedalear hasta Plaza Italia y dejarla allí. «Primero tenemos que construir la red de vías, recién después tendría sentido poner en marcha el bicing», aseguraron en la Ciudad.