Esta nota fue publicada por Alejandro Rozitchner en la revista Positiva de Ideas del mes de Mayo de 2010.

Mejor en Bici

Por Guillo Dietrich

Hace 9 meses pasaba mis días con bastante tranquilidad en el escritorio de mi empresa familiar. Los desafíos eran claros, la agenda controlada, la incertidumbre limitada. El destino me llevo a aceptar el gran desafío de ingresar a trabajar en la Ciudad de Buenos Aires. Hacía tiempo que venía pensando que no se podía seguir siendo un espectador crítico en la comodidad de mi status quo, con una indignación e impotencia creciente por la continua degradación de nuestro país.

Hoy, 9 meses después, mi indignación e impotencia son menores ya que siento que tenemos una posibilidad de cambiar el rumbo de la historia. Porque compruebo que es posible hacer cosas, que es posible transformar la realidad pero, por sobre todo, que hay utopías posibles.

Una de ellas es la de la bicicleta. Hace muchos años que tengo una relación muy intensa con la bicicleta. Mi pasión por los deportes y las aventuras extremas, fueron encontrando en ella un compañero ideal tanto para correr un Ironman, como para bajar las montañas más desafiantes de nuestro país en Tucumán o en la Patagonia.

La Bicicleta me encontró en el gobierno o yo la encontré a ella. Dentro de los programas que tenía que implementar estaba la construcción de ciclovías. La construcción de ciclovías la convertimos en el Programa Bicicletas de Buenos Aires: Mejor en Bici. Lo que había que lograr era un cambio cultural a partir del cual los porteños y los que vienen diariamente a la ciudad, se animen a cambiar su hábito de movilidad, introduciendo la bici en el. Las condiciones están dadas, 60% de las personas dicen que usaría la bicicleta como medio de transporte en muchos de sus viajes, si fuera seguro, 40% de la familias tienen bici en la casa. Buenos Aires es una ciudad plana, con clima adecuado. En eso estamos: creando las condiciones, para ir cambiando la cultura,

1. Construyendo una Red de Ciclovías Protegidas. Ya hay 25 km construidos. Para fin de año tendremos por lo menos 60km más. Todos los puntos importantes de la ciudad estarán interconectados de forma tal que grandes o chicos, hombres o mujeres podremos movernos en bicicleta de una forma segura, inédita hasta ahora en Buenos Aires

2. Desarrollando infraestructura para estacionamientos de bicicletas, en shoppings, estaciones de tren y subte, en las calles y en las plazas, en los edificios de la Ciudad de Buenos Aires, en los garajes comerciales, con tarifas adecuadas.

3. Implementado un sistema público de alquiler de bicicletas. Su implementación va cambiando definitivamente la fisionomía de las ciudades. Asi ha sucedido en Paris, en Barcelona, y empieza a suceder en el D.F. de México, posibilitando tomar la bici en un lugar y dejarla en otra a tarifas muy accesibles.

4. Incentivando el Programa Empresas Amigas de la Movilidad Sustentable, que impulsan a sus empleados al uso de la bicicleta, generando espacios para estacionarlas, adquiriendo flotas propias para los movimientos de los empleados, facilidades de vestuarios o duchas, para que las empresas cuenten con colaboradores mas felices, saludables y ecológicamente responsables.

5. Promocionando el uso de la Bici y educando para que tomemos conciencia tanto los ciclistas, como los no, de las normas a cumplir para que sea más seguro movernos en la ciudad en bicicleta.

El éxito del Programa lograra instalar la bicicleta como un medio de transporte ecológico, saludable y rápido. Mejoraremos el transito, con menos autos y mas bicicletas, menos contaminación, mas salud física y mental. Ciudades como New york, Barcelona, Paris o Bogotá ya llevan algunos años en este proceso. Copenhague y Ámsterdam han trabajado estas políticas sistemáticamente durante 40 años logrando que un 40% de las personas, con frio o calor, lluvia o nieve, se muevan en bicicleta.

En Buenos Aires ya están sembradas las semillas para que esto sea posible. Para encontrarnos dentro de algunos años con una ciudad distinta, con todos los beneficios que la bici trae aparejados, pero por sobre todo con una ciudad mas igualitaria donde nos encontramos viviendo el espacio público sobre una bicicleta.

Mis días son menos tranquilos los desafíos son gigantes, la agenda incontrolable, y la incertidumbre dejo de ser limitada, pero cada día estoy más convencido que la utopía es posible.