Esta semana estuve en la que será una de las construcciones más altas de San Salvador de Jujuy: la torre de control de su aeropuerto. Está en obra y tendrá por primera vez un edificio propio, porque la actual torre funciona en la misma construcción que la terminal. Todo el aeropuerto está siendo completamente remodelado. Es una instalación que viene de la década de 1960, que ha quedado desactualizada en su imagen y en la capacidad que requiere para el aumento de vuelos que está teniendo con la Revolución de los Aviones.

La nueva terminal tendrá  tres cuerpos vinculados entre sí, y el doble de superficie que la terminal actual. El hall donde los turistas hacen el check-in pasará de 9 a 15 posiciones. Además será recubierto con un vidrio que aportará luminosidad y permitirá hacer un uso sustentable de la energía. Se suma una nueva manga a la que ya existía y las salas de embarque se ubicarán en el piso superior y podrán ser empleadas de forma flexible tanto para vuelos nacionales como internacionales.

La nueva terminal va a mostrar la identidad de Jujuy, la construcción dialoga con el paisaje donde se construye, un paradigma presente en la arquitectura a nivel global. Lo que es interesante es que para no afectar los vuelos, el edificio nuevo se construye al mismo tiempo que funciona el existente. Y una vez que se pueda mudar la actividad, el antiguo será demolido.

Pero esto no es todo, el estacionamiento vehicular tendrá el doble de espacio; se está trabajando en el portal de ingreso, los que pasan seguido por el aeropuerto saben la cantidad de obras que se están haciendo.

Pero además el sector aéreo crece en todo el Norte argentino, trayendo más turistas y generando conexiones más simples para los que vienen de adentro y de afuera. Para poner un ejemplo, en Salta, donde hace poco se terminó la readecuación de las pistas, la ampliación de la plataforma y la primera etapa de la terminal, es muy impactante el crecimiento de la oferta aérea. Durante este gobierno a Salta se empezó a volar desde Rosario, El Palomar, Lima y Panamá. Estas dos últimos son los principales aeropuertos de conexión de América Latina. Eso quiere decir que, a partir del ingreso de estos vuelos, se le facilita a cualquier turista llegar a Salta desde cualquier parte del mundo. Además en Salta empezaron a volar Copa, FlyBondi, Norwegian y en breve llegará Jetsmart.

Las provincias quieren que lleguen nuevas rutas aéreas y nuevas empresas; los municipios piden aeropuertos en sus territorios. ¿Y por qué? Porque una nueva conexión significa de forma inmediata más turistas arribando a esa provincia, a esa ciudad. Pero además dinamiza al transporte interno con el que los pasajeros son llevados a sus alojamientos, dinamiza a los alojamientos, al turismo rural, a las estancias que reciben turistas de todo el mundo, a las ferias artesanales que viven de estos compradores. Las provincias, por el atractivo de sus paisajes y la calidez de su gente, tienen un potencial turístico para crecer. Pero la Argentina del pasado, con un sector aéreo subdesarrollado (y con un territorio tan extenso!), no permitía que este potencial se desarrollase. Hoy la realidad es otra, la Revolución de los Aviones continúa su marcha para que cada vez más personas se suban por primera vez a un avión, para generar empleo y crecimiento.