Este relato es decididamente largo. Mucho mas largo de lo que había previsto, y quizá es el resultado, no de las vivencias de un IronMan, sino de un escritor frustrado.
En el mismo me atreví a describir, no solo los hechos que han constituido la carrera en si misma, sino sentimientos, impresiones, aprendizajes detrás del mismo. No intenta ser moralista, ni ejemplificador, si no solo compartir con gente que me quiere y quiero (lamentablemente no coinciden unos y otros), este inolvidable momento de mi vida.
Debido que a muchos no les va a interesar todos los detalles del relato lo estructure con títulos para que cada uno elija lo que quiera leer.

El Lugar y la organización

El IronMan (3,8km natación, 180km bicicleta y 42 running) se corrió en Jurere en la isla de Florianópolis, Brasil. Jurere es el pueblo mas lindo de todos los de las islas, sumamente prolijo, bastante gringo en algunos aspectos. Nos toco un clima espectacular, con días de 26/27 grados. El entorno es increíble ya que compiten 1200 personas, de 41 países distintos, muchos de ellos vienen acompañados, por lo que estas inserto, durante casi una semana, en un lugar donde todo lo que se vive, gira en torno del triatlón; en la playa cientos de personas nadando con y sin traje, por las calles, a toda hora, bicicletas de aquí para allá, corredores manteniendo su entrenamiento.

La organización impresionante. Hay 2000 asistentes para la carrera, que atienden según tu idioma. Todo perfectamente organizado, material para la carrera, charlas previas, exposición, taller para bicicletas. Durante la carrera los puestos de hidratación sobran, entregándo caramañolas de agua muy fría, que reemplazabas por las que llevas en la bicicleta, y lo mismo con la Gatorade, que había de tres gustos distintos, también bananas, sumándole en el running, Pepsi, sopa, naranjas, y algunas otras cosas que no comí. Cuando salís del agua entre tres personas te sacan el traje de neoprene. Durante toda la carrera hay puestos donde una computadora lee el chip que llevas en el tobillo. En las transiciones te traen y llevan todo, desde la bici, tus bolsas, etc. El manejo del trafico también fue prefecto (tener en cuenta que hicimos 180 Km. en calles por las que pasan autos).

El sueño del Ironman

Íbamos a correr el Desafío de los Volcanes en Febrero de este año, junto con el pelado Castroman, Antonio Casucci, y la novia de el Pelado, Noel. El pelado se pelea con la novia allá por Octubre, intentamos durante unas semanas rearmar el equipo, cosa que no fue posible, por lo que decidimos bajarnos de Volcanes. Allí por Noviembre le planteo al Pelado, mi entrenador, un sueño que venia madurando hace una buena cantidad de meses, que le parecía la idea de tirarme al IronMan, a la cual se subió como chico a calesita. Hernán Tadeo me armo una bici espectacular, y a empezar a nadar. El plan era correr en enero el triatlón olímpico de La Paz, para conocer la disciplina, el medio Ironman de Mar del Palta – el 5 de Marzo-, para ver como me sentía en esas distancias, decidiendo ahí si seguíamos para Floria. Lamentablemente me enferme en la semana previa de La Paz, por lo que esa primera parada no pudo ser, corrí y me sentí muy bien en Mar del Plata, y nos pusimos con los u$s 375 de la inscripción de Floria.

La Carrera

Natación

Largamos a las 7 de la mañana con un mar que no era el lago de los días anteriores y posteriores, pero tampoco estaba imposible. El agua tenia una muy buena temperatura para recibir los 1200 personas que nos sambulliriamos simultáneamente. Diez minutos antes de la misma la veo a Javi en un costado. Toda la tensión acumulada desde el desayuno a las 4,30 hs de la mañana, hizo ebullición en ese momento, como cuando somos chicos, estamos lejos, y nos encontramos con un papa o un hermano. Lo encuentro a Willito Casagrande, amigo, compañero de horas de entrenamiento de natación, con el cual compartimos esos últimos interminables minutos. También aparece Alex Foresti, convirtiéndose en la cabala oficial ya que largue al lado de él en Mar del Plata y Florianopolis. Salí tranquilo, tratando de evitar los golpes del tumulto inicial. El sol que estaba saliendo a nuestra derecha invitaba a disfrutar el momento, y realmente creo que lo logre en casi la totalidad de la hora y 24 minutos que duro la natación. Llegue a la primera boya a los 950 metros en 18 minutos, cuando en la pileta estaba haciendo 23 minutos los 1.000. Eso, sumado a que en los segundos 950 nade con un rezagado de la elite, me dio confianza. Termine los primeros 1.900 m. en 38 minutos. Si bien me caí en los segundos 1900, principalmente porque sentí el cansancio en el ultimo tramo, salí del agua en bastante menos de lo que pensaba (1,30/1,40).

Bike

Hago una transición en 7 minutos como había planeado, comiendo un gel, agua y Gatorade. Corroboro el check list que tenía pegado a mi bolsa de bike, todo OK; subo a la bici, una cuadra, los guantes…, me había olvidado los guantes de la bici, ahora recuerdo que no los anote nunca en el listado de cosas para bike. A los 5km, aparece por primera vez la hinchada que me alentó en muchos rincones de la carrera (Javi, Guillito, Luli, Oli, mi vieja), le grito a Javi, los guantes, los guantes!!
Fuimos hacia Floria muy livianos, ya que había viento a favor. Aquí creo que me equivoque ya que iba a 32/33 Km./hr, cuando me sobraba y podría haber ido a 37/38, sin mucho esfuerzo. Las dos subidas eran duras pero las hice tranquilo, las bajadas infernales la bici llegaba a 65 km/hr. En el Km. 30 comencé a sentir un dolor en la cola, que ya comenzaba a ser insoportable, faltan 150 Km., y ya no soportas este asiento!, afortunadamente luego de 20, 30 km. El dolor fue desapareciendo, creo que a causa del viento.
Ya en el centro de Florianopolis, con el lindo paisaje de la bahía, paso el Km. 45, teniendo un 25% de la bici adentro! En el retome comienzan los primeros síntomas del calvario de la bici. Un viento de frente que me costaba superar los 22/23 Km. Me intentaba convencer esto no es viento, viento es el de Sierra de la Ventana donde no la podía mover de 10km. Este viento nos acompaño toda la vuelta a Jurere, las cuestas se hicieron un poco mas pesadas, y parado sobre los pedales, me acordaba de las horas en spinning con el Pelado, que nos hacia quedarnos eternamente pedaleando en esa posición. Las bajadas espectaculares nuevamente, se disfrutaban a pleno.
En el retome a Floria, escucho un “los guantes Gui!!!!”. Era Javi, que con Luli habían venido hasta Floria, e increíblemente me había encontrado. Toda la vuelta también se hizo mas leve ya que cada 10/ 15 minutos aparecían las chicas con el auto, gritando, alentando, sacando fotos, haciéndome sentir un verdadero titán. Llegamos a los 90 Km., detengo un minuto la bici para acomodar los special needs (son dos bolsas, una para running y otra para bike, que te dan en la mitad de cada actividad para reaprovisionar alimentos, bebidas, ropa, etc.). Acomode rápidamente los sandwichitos que Javi me había hecho de Jamón y queso, y membrillo y queso, guarde algunas barras proteicas, y nuevamente a rodar. Mi alimentación en la bici, según indicaciones de mi dietologa Lili Oñas consistió en pequeños sándwiches tipo chips (habré comido 7/8), barras proteicas (4/5), un sobre de sal en el Km. 90, y tres geles cuando me sentí muy pinchado, mas una pastilla de azúcar en la parte final de la bici, cuando lili me había recomendado que no coma mas. La vuelta a Floria fue espectacular, haciendo los primeros 30km. en 32 de promedio con las dos terribles cuestas incluidas. Aquí comencé a pasar gente. El calvario de la bici, y de la carrera fue la vuelta a Jurere. El viento era cada vez más fuerte, estaba más de frente, y se había empecinado particularmente conmigo. Obviamente se sentían los 140 Km. encima. Faltaban sólo 40km, pero sabía que serian durísimos. Nunca me dolieron ni los cuadriceps ni los gemelos, pero era insoportable el dolor del cuello, y las plantas de los pies, los dedos, los pies, absolutamente todo lo que existe debajo del tobillo. Nunca, en ningún entrenamiento, me habían dolido estos (nunca había hecho 180K!!!), porque me dolían, me preguntaba, sabia que había que pedalear con los pies para abajo o mas para arriba, pero no recordaba como, le sacaba tensión a los pies, poniéndole mas a los cuadriceps, pero el dolor continuaba, y sabia que estaba quemando piernas para el running. Por este dolor empecé a disfrutar las cuestas ya que me paraba, y los pies me dolían mucho menos, y como estaba muy bien con los cuadriceps, las llevaba muy bien. Llegamos a Jurere, pero todavía faltaban Km. que se hacían eternos. El promedio de 28,1 km/hr de la primera vuelta, que había sido en tres horas trece minutos, se iba destruyendo gradualmente (la segunda vuelta fue en 3 hs 29 min, a un promedio de 25,9 km.hr). Faltan los últimos 5 Km., es recomendable aumentar la cadencia de pedaleo (las vueltas por minutos que se le dan a los pedales), para lavar las piernas para el running, pero era tal el cansancio (y el dolor de pies!), que me era imposible. Me pasa William, un colombiano que nos vinimos pasando toda la segunda vuelta, se me escapa y no lo puedo seguir. Llego al área de transición, agarran mi bici, y no me podía bajar. Cuando toco el piso me temblaban las piernas. A duras penas llego caminando a sentarme en la carpa de transición.

Running

Pensaba hacer la transición de bike a running bien rápida, pero viendo mi estado, decidí tomármela con con tranquilidad. Me senté, comencé lentamente a cambiarme mientras tomaba la salvadora Red Bull. Luego comí unas naranjas y coca-cola de la mesa del vestuario. Salí del mismo, elongué, todo esto en 6 minutos 52. Corrí tranquilo los primeros doscientos metros hasta un puesto de hidratación, más naranja, agua para la cabeza, y a correr. Impresionante el ritmo al que me llevaban las piernas, 4.40, 4.50, 5 minutos el kilómetro. Me devoro los primeros 5 en menos de 25. No paraba de bajar muñecos. Termino los primeros 10 km. en 52 min., teniendo en cuenta que dentro de ellos ya estaban las cuestas. Siguiendo los consejos de Castroman, voy decidido a no caminar en ningún momento de los 42K. Una vez que caminas, ya te gano tu voluntad, y será cada vez más fácil volver a hacerlo. Pase cientos de personas caminado, esto trae aparejado dos sentimientos, por un lado la motivación de pasar gente, pero por el otro lado la tentación de también hacerlo. Siguiendo otro consejo, cabeza levantada, mirando a quien esta adelante, que es el próximo objetivo a pasar, y así al siguiente y al siguiente…Como decía, ya en esos primeros 10 km. aparecieron las cuestas, que las corro despacio, pero corriéndolas al fin. Fueron tres, cuatro, cinco cuestas insoportables, las cuales también era difícil la bajada, ya que como tenía los dedos destruidos me dolían mucho con la presión de la zapatilla en el descenso. Un brasilero con 30 maratones encima, el día anterior mientras esperábamos en el taller de la bici, me dijo, corre carreras de 10 Km., no pienses en los 42. Eso hice. Cada 10 Km. marcaba una vuelta. Ya había 10 adentro. Vamos por otros 10. En el kilómetro 15 me lo encuentro a Alex Foresti, quien venia con mal tiempo debido a una terrible descompostura. Corrimos con Alex los próximos 10 km.. Su compañía fue fundamental. Puso un ritmo de entre 5 y 5,30, que yo solo no hubiese podido mantener. Para mi pasar la media maraton era fundamental, ya que nunca había corrido mas de 21K! Pero esto fue pasando gracias a la compañía y ritmo de Alex. Cada 5 Km., tomaba un Gel Exceed. En cada puesto de agua agarraba dos vasos, con uno me mojaba la cabeza, el segundo tomaba toda el agua que podía. A veces agarraba alguna naranja. El gran logro es que todo esto lo podía hacer sin dejar de correr, afianzando mi idea de que no caminaría durante todos los 42. Tres veces me cruce con Javi, Guillito, Luli, Oli, y la vieja. El aliento de ellos, hacia que suba el ritmo en un minuto el Km.
Después de que me separé de Alex, iba para la tercera carrera de 10km. Sentía cada vez mas que tenia la maratón adentro, trituraba cada uno de los km, uno por uno, me los devoraba, los deglutía. Nunca dejaba de pasar gente, cada persona que tenia adelante, no duraba mas de segundos hasta que la pasaba. Me sentía con una fuerza, una confianza, un equilibrio impresionante. Una llaga aparecía en el Km. 13 y desapareciendo su dolor en el 22/25 (luego vi que tenia la uña del dedo gordo totalmente negra y una gran llaga a punto de explotar). Así fueron transcurriendo los Km., hasta que faltaban 8. Me obligue a mantener un ritmo de máximo 6 min./Km., tratando de ir a 5.30, que casi nunca lo lograba. Estos últimos Km. me costaron, mi cabeza decía, sos un IronMan, los IronMan no paran nunca, y así lograba levantar las piernas y no que se arrastren. Faltan 5, es una vueltita por Mailing (por donde entrenaba), pero se sentían las horas que el cuerpo tenia encima. De todas formas seguía disfrutando la carrera, es la última vez que vas a estar corriendo tu primer Ironman, tu primera maratón, me decía, y ello me generaba una sensación adicional de placer. Veía que me iba a los 7min/Km., lograba llevarlo a 6 (todo esto lo veo en un Garmin Forerruner, que tiene GPS). Llego al Km. 40, calculo los tiempos totales, cosa que no había hecho desde que empecé la maratón. Hago unas sumas (nadé con un reloj, bici y running con otro) y calculo que si me apuro entro en las 12, 30, y allí vamos. Entro en el pasadillo final, cientos de manos que te alientan, veo la llegada, veo en el reloj del arco, 12.30, no lo puedo creer, brazos en alto en señal de victoria, lo estoy haciendo, lo disfrute, disfrute cada minuto del IronMan, están Javi, Guillito, no lloro como en otras carreras, porque? Quizás porque no la sufrí -excepto la bici-, la corrí, porque lo soñé mil veces, porque lo anhele, lo desee, y ahí esta, soy un IronMan, cuando hace no mucho lo veía como algo inalcanzable. Me abrazo con la Vieja, Luli, en esos abrazos interminables, que solo se dan o reciben en estos momentos, de hitos personales. Me lo encuentro a Willito, 11, cincuenta y pico, entro junto a Lucas Antonetti, dos titanes. Me dicen que fue durísimo, que Galíndez, el segundo, hizo 30 minutos más que el año pasado. Finalmente veo los tiempos y la maratón la corrí en 4,08!!!

Ser un Ironman

Son muchas las emociones, sensaciones, aprendizajes que me han quedado luego de estos inolvidables momentos. Algunas de ellas intento estructurarlas a continuación:

• Fue fijarse un objetivo y lograrlo
• Para alcanzar ese objetivo hay que dedicarle, cientos de horas de entrenamiento..
• El entrenamiento, si bien se disfruta, ya que uno va sintiendo la evolución, se siente en plenitud física, en una edad donde el físico naturalmente comienza a decaer, implicó importantes esfuerzos, despertarse muy temprano, esforzarse al máximo, siempre un poco mas en cada una de las sesiones, por lo que es un constante superación, forjando por sobre todo la voluntad.
• Son esas cosas que uno ve durante mucho tiempo, y las considera inalcanzables, que corresponderán siempre a otros y en las cuales uno siempre será un espectador, y un día hacemos un clic, y decimos porque no. Y ahí comienza todo, y cuando lo logramos, todo ese proceso, convertirse de espectador a actor, te moviliza cada uno de tus sentidos.
• Uno de los grandes desafíos antes de largar era disfrutarlo, no correr pensando en un tiempo, pensando en la tribuna, sino disfrutar cada uno de los minutos, de los momentos; pensar que el día de mañana, en retrospectiva, si no lograba esto, me iba a reprochar como pude ser tan limitado en no disfrutar una experiencia única, para unos pocos, y lo logre, yendo mas allá de mi cabeza competitiva.
• Porque un IronMan constituyen un complejo equilibrio entre cuerpo y mente, donde la cabeza tiene que escuchar las señales del cuerpo, pero tiene que impulsar a este a dar siempre un poco más, superando los límites, posibilitando un mayor conocimiento de uno mismo, un mayor control, más seguridad y confianza.
• Proponerme estos desafíos son una forma de dirigir mi vida, de sentir que yo estoy viviendo la vida y no siendo vivida por ella.
• Porque “anything is posible”

Jurere, Florianópolis, Brasil 30-05-2005