Este viernes fui a Cañuelas para ver cómo están empezando las primeras tareas de una obra estratégica prometida hace más de 20 años: la autopista que permitirá ir de Buenos Aires a Bahía Blanca. Cañuelas es hoy un cuello de botella del tránsito y lo primero que se hará será una variante que unirá la ruta 3 con la autopista Ezeiza-Cañuelas sin atravesar el centro de la ciudad, para así llevar más seguridad a todos sus habitantes. Porque las rutas que atraviesan la ciudad por la mitad tienen consecuencias muy negativas. Pienso en la cantidad de muertes que se podrían haber evitado con la infraestructura adecuada en las zonas de San Miguel del Monte o en Azul. Hoy la siniestralidad vial es la primera causa de muerte para jóvenes de entre 15 y 34 años en la Argentina, por lo que con cada nuevo paso que damos para tener más autopistas, variantes y rutas seguras, estamos salvando vidas que hoy perdemos en siniestros. Siniestros nunca habrían ocurrido si se hubieran hecho las obras cuando debían hacerse.

Es un hito más en que avanzamos, gracias a un compromiso muy grande del Presidente Macri por dar a los argentinos la infraestructura que necesitamos para crecer.  En 4 años tendremos conectadas con autopista a Cañuelas y Azul, la que a su vez estará conectada a través de la variante con la autopista Ezeiza-Cañuelas. Luego habrá una ruta segura (con elementos de seguridad como un tercer carril de sobrepaso) hasta Coronel Dorrego. Y estamos también trabajando en el proyecto futuro de autopista entre Coronel Dorrego y Bahía Blanca. 

Una muestra del trabajo en equipo, con transparencia, haciendo lo que tenemos que hacer para tener la infraestructura que salve vidas y que reduzca los costos logísticos. Hoy, entre las autopistas que terminamos, las que están en ejecución y las contratadas ya hicimos más kilómetros de autopista que los construidos en los últimos 65 años. Haciendo. Esa es la única forma de avanzar hacia el país que queremos, un país más justo y con más oportunidades para todos.