El viernes lanzamos Cuándo SUBO: una nueva aplicación para celulares que nos permite saber cuándo va a llegar el próximo colectivo a nuestra parada, saber si el recorrido se modificó por algún imprevisto y dónde está parando en esos casos. 

Una aplicación que es la punta del iceberg de un sistema enorme, que nunca antes se implementó a esta escala en el mundo, y con el que vamos a tener información en tiempo real de los 18.500 colectivos del área metropolitana: la flota más grande de occidente. 

Cuándo SUBO ya muestra la ubicación en tiempo real de los primeros 6.700 colectivos de 118 líneas incorporadas al sistema. Una cifra que va a crecer día a día, que para fin de año va a alcanzar al 100% de los colectivos del área metropolitana y que, el año que viene, vamos a implementar en todas las ciudades del interior que tienen la tarjeta SUBE.

La App ya está disponible para Android y pronto va a estar en la AppStore de los dispositivos Apple. Además, su información está disponible para que puedan aprovecharla otras plataformas, como Google Maps o Moovit, que ya la están sumando a los servicios que ofrecen.

Que es un salto en la calidad de vida de los que usamos el transporte público, y que ya podemos disfrutar los 2.400.000 pasajeros de líneas incorporadas al sistema. 

Porque, ahora, nosotros somos los dueños de nuestros viajes, porque tenemos más previsibilidad, más puntualidad, más comodidad y más seguridad. Y porque vamos a poder, por ejemplo, configurar una alerta que nos avise cuando nuestro colectivo está cerca de la parada.

Que también es un beneficio enorme para los choferes. Hace unos días estuvimos en una de las capacitaciones que hacemos en las empresas de colectivos. 

En la charla, uno de los choferes con más experiencia nos decía que, ahora, los pasajeros que usen la app van a subir con mejor humor, porque dejamos atrás la incertidumbre de no saber cuándo llega su colectivo. 

Un cambio impensado para ellos que, todos los días, se enfrentan al tránsito, al estado de ánimo de los que estamos llegando tarde a destino, a las barreras –que estamos eliminando con los viaductos y pasos bajo a nivel-, y a un montón de otras situaciones estresantes. 

Un sistema que nos permite mejorar el control, porque podemos saber si un colectivo está circulando más rápido de lo que corresponde y tomar medidas de prevención.

Y también es un beneficio enorme para las empresas, que van a acceder a toda la información de su flota para corregir frecuencias, modificarlas en el momento que sea necesario y optimizar el uso de sus recursos.

Y, sobre todo, es un paso más en la enorme transformación que estamos haciendo en el transporte público del área metropolitana. Porque es el que usa la mayoría para moverse. Y porque viajar mejor, es tener una mejor calidad de vida.