Terminó la temporada de exportación de arándanos y los resultados son muy satisfactorios. Se exportaron 5.400 toneladas, un 58% más que en la campaña anterior; se emplearon 78 vuelos, un 30% más que el año pasado. ¿Y cómo fue esto posible? Porque desde el Ministerio hicimos las obras necesarias para resolver los obstáculos que limitaban la exportación y coordinamos los esfuerzos de una gran cantidad de actores. Pero para entenderlo hay que contar la historia desde el comienzo. Tucumán ha sido bendecida con un clima y una ubicación geográfica muy adecuados para el cultivo de arándanos. En esta provincia la fruta madura en septiembre y octubre, cuando el mercado internacional se encuentra desabastecido. Aprovechando esta oportunidad, Tucumán exporta arándanos por avión a los Estados Unidos, Europa y Asia. Nuestro período de exportación coincide además con la víspera del Día de Acción de Gracias en Estados Unidos en que los norteamericanos demandan una buena cantidad de nuestro producto.

Avión cargado con arándanos tucumanos rumbo a EEUU

Avión cargado con arándanos tucumanos rumbo a EEUU


Sin embargo, existía una limitación para exportar mayor cantidad: la plataforma comercial del aeropuerto no permitía recibir aviones de mayor capacidad de carga y no había los dollys (carros portacarga) suficientes para cargar más de un avión a la vez. Entonces nos comprometimos a resolver estos problemas para aumentar la capacidad y potenciar una producción regional que da empleo a 20.000 personas; 20.000 trabajadores trabajan todo el año, para cultivar una fruta fina que requiere de muchos cuidados. En las producciones hay alta tecnología, riego por goteo, controles para evitar el congelamiento por heladas, muchos recursos invertidos.
Y es un fruto tan delicado que su salida en avión debe ser hecha con la menor demora posible, porque el paso de las horas deteriora la calidad del producto. Esa operatoria en tiempo justo requiere de una coordinación muy precisa. Por eso juntamos por primera vez para trabajar en este tema al Gobierno de Tucumán, Aeropuertos Argentina 2000, SENASA, ORSNA, Intercargo, Migraciones, Aduana. Decidimos ampliar la plataforma del aeropuerto para poder tener aviones más grandes y operar las 24 hs seguidas; duplicamos la cantidad de dollys para que, mientras se carga una avión, poder preparar el próximo; y, finalmente, ideamos un sistema para evitar que un tractor entre a buscar los dollys a la cámara frigorífica (porque eso empeoraba la calidad del fruto). Fue un trabajo en equipo, junto a diferentes actores y que implicó dar respuestas creativas a los problemas que se nos presentaban. Con ingenio, dimos una respuesta efectiva que aumentó la exportación típica de una economía regional. Y las obras las terminamos en los plazos comprometidos.
Ese es el desafío que tenemos como argentinos: decir la verdad, trabajar con honestidad, en equipo y devolverle a los argentinos la posibilidad de que tengan empleo de calidad, de que salgan de la pobreza. Para que todos nos convenzamos y no dudemos un segundo de que sí se puede. [lightbox link=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2016/12/arandanos-2.png» thumb=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2016/12/arandanos-2-472×295.png» width=»472″ align=»center» title=»arandanos 2″ frame=»true» icon=»image»]