Sigo emocionado por lo que viví el jueves en Rosario. En esa ciudad tan emblemática para todos los argentinos, en esa ciudad que es una de las más innovadoras en materia de movilidad, inauguramos el primer Metrobus en el interior del país. Lo hicimos junto a la intendencia de Rosario, porque no importa de qué espacio político venimos, lo que importa es una visión que nos une: la movilidad sustentable.
El Metrobus es un concepto que prioriza el transporte público. Eso es progresismo: ver cómo el Metrobus produce una distribución más equitativa del espacio urbano. Piensen en esto, antes en esa Avenida Alberdi, el transporte público que movía al 76% de las personas ocupaba el 20% del espacio; mientras que los vehículos particulares que trasladan al 24% de las personas ocupaban el 80% del espacio. El Metrobus hace una justa redistribución del espacio público, cuyo acceso es uno de los llamados derechos humanos de tercera generación.[lightbox link=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2016/07/063016_GD-Rosario-6.jpg» thumb=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2016/07/063016_GD-Rosario-6-300×200.jpg» width=»300″ align=»right» title=»063016_GD Rosario-6″ frame=»true» icon=»image»]
Empezamos este recorrido hace 5 años con la construcción del Metrobus Juan B. Justo, con un monumental equipo en que me acompañaban Guillermo Krantzer, Germán Bussi y Manuela López Menéndez. Logramos mucho: mejoramos el servicio de transporte público, redujimos los tiempos de viaje; al aislar al servicio de la congestión del tránsito, lo volvimos más previsible y seguro. Y por supuesto, hay que agradecer enormemente a los choferes que hacen posible la movilidad sustentable y que, con este sistema, tendrán una mucha mejor calidad de vida laboral.
Cuando se produce un cambio, hay resistencias, hay personas que piensa que las novedades las pueden perjudicar. Lo mismo pasó con la implementación de las ciclovías. Por eso también quiero hablarle a los comerciantes. Una ciudad genera más comercio cuantos más peatones hay, cuantos más ciclistas hay, cuanta más gente camina la calle yendo a tomar el transporte público. La persona que va en auto no se tienta con un producto que ve en la vidriera, no se cruza con un conocido en la calle y le dice “vamos a tomar un café”. Esas son las ciudades que queremos construir: ciudades para la gente; ciudades con espacio para interactuar y no sólo para transitar; ciudades integradoras que faciliten la accesibilidad y autonomía de todos, es decir, personas de mayor edad, niños y adolescentes, personas con movilidad reducida; ciudades que promuevan formas activas de movilidad como caminar y andar en bici. No hay nada que democratice tanto a una ciudad como el transporte público de calidad, y en eso estamos trabajando.