Varias veces escuché decir que el Metrobus son sólo carriles exclusivos. Es una afirmación equivocada. ¿Saben lo que significa un Metrobus en la ruta 3 de La Matanza? Significa que ahora hay veredas donde antes había un espacio deteriorado en el que la gente tiraba la basura; significa que las personas no tendrán que esperar más el colectivo bajo la lluvia intentando adivinar dónde es la parada porque falta señalización; significa que una persona con movilidad reducida contará con una rampa y podrá entrar a una estación accesible con barandas; nadie tendrá que hacer un salto olímpico hacia el escalón del colectivo porque las estaciones ahora están elevadas; significa que el peatón no se verá obligado a cruzar la ruta por la mitad, corriendo 70 metros, porque ahora tiene sendas y semáforos peatonales que antes no existían.
En definitiva, el Metrobus significa una transformación del entorno, una mejora del barrio. Es satisfactorio ver cómo los propios matanceros están orgullosos de esta obra y la incorporan a sus vidas, se identifican con ella. Por eso quiero mencionar el caso de Mónica. La fui a visitar el viernes, luego de la inauguración. Estaba tan emocionada como yo. ¿Qué hizo Mónica? Aprovechó el embellecimiento del barrio que significó el Metrobus para inauguar el “Metrokiosco”, su propia iniciativa creativa que combina dos marcas. Mónica entiende bien el impacto que tendrá esta obra en su comercio, porque ocurrió lo mismo con los Metrobuses anteriores. Cuando se piensa en los peatones, cuando la iluminación lleva más seguridad a un barrio, cuando se jerarquiza el transporte público y la gente encuentra estímulos para usarlo, el resultado es que hay más gente en la calle, más gente se tienta con lo que ve en una vidriera, más gente consume en los comercios. Y el Metrokiosco de Mónica tendrá más ventas.
¿Quiénes se benefician con el Metrobus La Matanza? La gente trabajadora que quiere vivir mejor, que todos los días se despierta a las 6 de la mañana y que desea volver temprano a su casa. Y que no quiere atravesar la desagradable experiencia de que su colectivo no pare porque otros colectivos se quedaron acumulados en la parada. Son muchos años en que no se hizo nada. El Estado se hace de nuevo presente para decir acá estamos y los acompañamos para que puedan seguir creciendo.
Pero esto no sucede sólo en La Matanza. En las últimas semanas estuve en Quilmes, en José C. Paz, en Pilar. En todos esos distritos estamos haciendo obras de pavimentación y mejoras del entorno que mueven a los vecinos a felicitarnos, a emocionarse con nosotros y que nos digan: “no habíamos visto una máquina haciendo obra profunda en 20 años”. Estamos haciendo lo que no se hizo antes, lo que hay que hacer, para que haya más Mónicas en Argentina que quieran emprender, trabajar, crecer y se sientan cada vez más motivadas.