La semana pasada estuve visitando al partido de José C. Paz, cuyos barrios estamos transformando con obras de pavimentación y mejoras en recorridos del transporte público. Es maravilloso el acompañamiento y la calidez que recibimos de los vecinos. Muchos de ellos viven allí desde hace décadas y nunca, pero nunca, habían visto el movimiento de máquinas para hacer obras estructurales en sus calles y espacio público.[lightbox link=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2017/04/jose-c-paz-1.jpg» thumb=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2017/04/jose-c-paz-1-472×295.jpg» width=»472″ align=»right» title=»jose c paz 1″ frame=»true» icon=»image»]

Voy a contarles un caso. Nicolás, un vecino y comerciante de José C. Paz nos contaba que la ruta 8 tenía tantos baches y desniveles que era común que hubiesen accidentes de tránsito por esquivar los pozos. Los días de lluvia, cuando la visibilidad era aun menor, el riesgo aumentaba. Aun cuando enfrente de su comercio había un refugio de colectivo aislado y mal emplazado, como estaba enfrente de pozos, Nicolás nos decía que los vecinos lo evitaban para no salpicarse de agua. Y el refugio es un bien escaso, porque la mayoría de las veces la gente espera el colectivo en lugares que no tienen ninguna señalización y donde se tiene la esperanza de que el transporte parará. En esos días lluviosos para los peatones era imposible caminar por la banquina (que hacía de vereda) porque se llenaba de barro.

Hace 6 años que Nicolás vive en este barrio y nunca, nunca en 6 años, vio siquiera un arreglo, una mínima reparación. Ahora hay obra, y con un ritmo de construcción tan acelerado que Nicolás nos confesó estar impresionado. Nicolás confía en que esto revitalizará los comercios, como ocurre siempre, mejores espacios para los peatones significan más oportunidades para los comerciantes. En José C. Paz habrá pavimentación y mejoras sobre la ruta 8 en una extensión de 12 kilómetros entre Arroyo Pinazo y Arricau. Por allí circulan 24 líneas de colectivos en las que se mueven diariamente 320 mil personas. Los choferes notarán la diferencia: ya no tendrán que reducir la velocidad para pasar por arriba de baches o esquivar cráteres.

Como siempre digo, las calles y avenidas del Conurbano no llegaron al deterioro de un día para el otro. Es el resultado de años de desidia y desinterés de los políticos, situación que hoy estamos revirtiendo.

Estamos haciendo lo que hay que hacer. Haciendo obras estructurales y con una visión de largo plazo donde antes había parches, remiendos o sólo abandono. Ese es nuestro compromiso: gobernar es cuidar.