Quisiera comentar una noticia que me generó satisfacción. Todos me habrán escuchado alguna vez hablar de las bondades de la bicicleta para moverse en la ciudad. No sólo la uso por practicidad sino que desde las posiciones de responsabilidad que he ocupado he promovido la construcción de infraestructura ciclista porque considero que tiene beneficios para toda la comunidad. Bueno, hay muchas organizaciones sociales que piensan algo parecido y piden condiciones de seguridad para moverse en bici e infraestructura en sus ciudades. Hace tiempo que están trabajando para conectarse y compartir sus experiencias, cosa que celebro. Me enteré que este fin de semana se celebra el 1er Encuentro de la Asamblea Argentina de la Bicicleta, en la ciudad de Córdoba. Fue convocado por organizaciones ciudadanas promotoras de la movilidad sustentable con un verdadero criterio federal: todo el país está representado. ¿Cómo nació? Argentinos que se encontraron en el Foro Mundial de la Bicicleta en Santiago de Chile y pensaron: ¿y si empezamos a articular los esfuerzos de todos los grupos del país?. [lightbox link=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2016/08/Ciclovía-niños.jpg» thumb=»http://www.guillodietrich.com/wp-content/uploads/2016/08/Ciclovía-niños-320×200.jpg» width=»320″ align=»right» title=»Ciclovía niños» frame=»true» icon=»image»]
Que exista una bicicultura extendida en la totalidad del territorio nacional es un dato muy interesante. Muchos creen que sólo hay cultura ciclista en Buenos Aires y Rosario por tener extensas redes de ciclovías. Pero lo cierto es que abundan viajes en bici en ciudades chicas, medianas y grandes; ciudades con muchos estudiantes como La Plata tienen una participación de la bicicleta en el total de viajes más grande de lo que se piensa; la bicicleta cada vez es más visible como alternativa para ir al trabajo y al lugar de estudio y no sólo para salir a pasear. Los ciclistas ya están en las calles, sólo hay que aprender a verlos. Lo que hace una buena red de ciclovías es darle más seguridad y multiplicar su uso (en la CABA en sólo cinco años multiplicamos por 10 la cantidad de viajes). La infraestructura ciclista no sólo tiene el efecto de reducir la congestión y contribuir a una movilidad más saludable: las ciclovías dan vida a una calle, generan nuevos circuitos de consumo, valorizan un barrio y conducen a nuevas oportunidades comerciales y de empleo.
Por eso nos hemos comprometido a asistir a los municipios para que implementen soluciones de movilidad sustentable en sus localidades y para ello creamos la subsecretaría de Movilidad Urbana Sustentable. Porque, como dice el historiador de la ciudad Peter Norton, una ciudad con alta calidad de vida es aquella donde se planifica y se crea infraestructura para todos los modos de movilidad: el peatón, el ciclista, el transporte público y también el automotor.