El 19 de abril se conmemora el Día Mundial de la Bicicleta. Todos conocen mi interés por el ciclismo urbano: me habrán visto moviéndome en bici para aquí y para allá, trasladarme pedaleando incluso a reuniones con el Presidente. Pero no es sólo mi interés personal sino que el fomento de la bicicleta beneficia a toda la ciudad, a quienes la usan y a quienes no la usan. La bicicleta contribuye a reducir la congestión vehicular, el ruido, la contaminación gaseosa y los accidentes fatales, beneficios para todos los habitantes de una urbe y no sólo para los ciclistas. Además, la bicicleta es económica, accesible y saludable.

Desde el Ministerio que lidero estamos interesados en difundir el ciclismo urbano en todo el país. Y no nos limitamos a Buenos Aires. Para poner un ejemplo, a principios de marzo viajé a la ciudad de Mendoza, entre otras cosas, para coordinar con diferentes intendentes del Área Metropolitana la ampliación de la red de ciclovías, integrándola con la red ya existente. El Ministerio brinda colaboración y asistencia a todos los municipios interesados en implementar infraestructura ciclista.
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El incentivo de la bicicleta como modo de transporte es, adicionalmente, una tendencia mundial. Para mostrarlo quisiera compartir una noticia muy alentadora que leí hace poco en la prensa británica. Human Streets, the mayor’s vision for cycling, un informe producido por la Autoridad del Gran Londres, afirma que en pocos años la cantidad de ciclistas superará a los automovilistas en el centro londinense. En la zona 1, durante la hora pico de la mañana, 32 por ciento de los vehículos son bicicletas, en algunas calles principales cerca del 70 por ciento. En el año 2000, había 11 veces más autos que ciclistas ingresando al centro. En el 2014, la ecuación cambió a 1,7 autos por cada ciclista. Si la tendencia se mantiene, para el 2017 las bicis superarán a los autos.

Gran parte del crecimiento ocurrió antes de los principales proyectos de infraestructura, aunque la infraestructura aceleró el proceso. Pedalear en la ciudad se volvió seguro. Todavía existe una minoría (aunque tiene impacto en la opinión pública) que piensa que todos se mueven en auto. Sin embargo, los datos contradicen esta intuición: el 71% de los londinenses nunca manejan en el centro, sólo 3% lo hace todos los días.

El alcalde de Londres, Boris Johnson, señala que persiste la mentalidad del “ellos y nosostros”, es decir, una falsa oposición entre los ciclistas y los motorizados. En el informe Human streets se afirma: “Muchos piensan a los ciclistas como una especie diferente, desconectada del resto del tránsito. Pero cualquier medida que consiga que haya más ciclistas en la calle, mejora la movilidad de otros usuarios de la red de transporte. Al reducir la congestión, también mejoran la fluidez de aquellos que se mueven en auto particular”.

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Algo similar afirma el alcalde Johnson: “Londres aumenta su población en 10 mil habitantes cada mes. Para enfrentar este incremento de usuarios de las calles, es necesario hacer un mejor uso de las mismas, fomentamos la bicicleta cuya circulación ocupa menos espacio”. Según el alcalde, hacer que la gente se baje de los autos particulares es la mejor manera de generar espacio para los vehículos de carga y productivos. Si no se hace nada, la congestión sólo empeorará.

Es interesante lo que surge de este informe: en Londres la mayoría de las personas que se van a beneficiar del programa de ciclismo no serán ciclistas Los que se benefician son todos.