La semana que terminó fue muy activa y productiva. Estuve en un viaje oficial en Estados Unidos donde nos reunimos con inversores interesados en contribuir a nuestras obras. Mantuve reuniones en la Cámara de Comercio, me entrevisté con la Secretaria de Transporte de Estados Unidos, Elaine Chao, con quien intercambiamos experiencias, y tuve un encuentro también con Luis Alberto Moreno, presidente del BID, que financia algunas de nuestras acciones. Y la parte más interesante: presenté el Plan Nacional de Transporte a empresas de ese país y de otros, convenciéndolos de las enormes oportunidades de inversión en Argentina.
Les conté la infraestructura deficiente que recibimos y todo lo que avanzamos en la recuperación en estos casi dos años. Se quedaron sorprendidos ante nuestro objetivo de duplicar los kilómetros de autopistas para el 2019 y el camino que ya hemos recorrido. Hoy tenemos 15 mil kilómetros de rutas con obra en todo el país, más de 260 kilómetros de autopistas terminadas, la última fue la ruta 36 en Córdoba, y en breve inauguraremos un tramo en la ruta 8. Tenemos más de 1.200 kilómetros de autopistas en obra.
Y porque necesitamos atraer más inversiones para continuar creciendo es que ideamos un modelo que permite que la obra pública se financie en conjunto entre el Estado e inversión privada. Lo llamamos modelo de participación público-privada y me gustaría aprovechar este espacio para explicarles qué significa.
Argentina es el octavo país más grande del mundo. Al asumir nos encontramos con una red de rutas muy deteriorada, en donde menos del 20% eran autopistas y el resto era principalmente rutas doble mano, donde el choque frontal es un riesgo constante. Además, con este estado de las rutas, los productores tardan más en llegar a los puertos, los productos que se venden en el mercado local se encarecen y todos nos perjudicamos. Necesitamos actuar rápidamente para transformar esta realidad.
El modelo de participación público-privada (PPP) permite aumentar la cantidad de obras, dado que no requiere inversión del Estado al comienzo (y luego los proyectos se financian principalmente con el impuesto al gasoil), porque es un sistema más transparente y porque agiliza los procesos. ¿Por qué los agiliza? Porque da incentivos para que las empresas finalicen la obra en el menor tiempo posible, ya que les reconoce económicamente la eficiencia. El sistema, utilizado en varios países, significará para 2018 un aumento real del 50% de las obras en infraestructura. Con este modelo vamos a construir 7.300 kilómetros de autopistas y rutas seguras en todo el país y puentes fundamentales, que van a conectar a los argentinos. Porque en una Argentina más conectada, todos estamos más cerca.